Las crisis epilépticas causadas por la música no son comunes. Fueron descritas por primera vez en 1937. Hasta el momento, sólo se han comprobado 150 casos en la literatura mundial.
La revista Scientific American ha publicado un artículo al respecto el 9 de junio,
en el cual el autor, Nikhil Swaminathan, explica cómo una chica llamada
Gayle comenzó a sufrir convulsiones cuando escuchaba algunas de sus
piezas favoritas, desde el 2005. Cuando hicieron su aparición las
crisis, todos los estudios que le practicaron resultaron negativos. Poco
a poco, ella se dio cuenta que las convulsiones sólo ocurrían cuando escuchaba determinadas melodías.
Sin embargo, la chica temía que nadie le creyera
y no dijo nada a su neurólogo, quien trató de aliviar el problema con
una gran cantidad de medicamentos que resultaron inútiles. Finalmente,
mientras le hacían algunos estudios, la chica les contó lo de la música.
Al principio, se mostraron sorprendidos. La condición de Gayle empeoró
poco a poco, y cada vez era sensible a un número mayor de canciones
hasta que después de un tiempo sólo el jazz y la música clásica no le
provocaban convulsiones.
Tuvo que abandonar la escuela
porque los tonos de los celulares le provocaban crisis y, con el
tiempo, el problema se hizo cada vez más incapacitante, pues no podía ir
a ningún lugar donde hubiera música. Eso significaba que no podía
acercarse a los centros comerciales o a los restaurantes. Tampoco
consiguió mantener un empleo.
Macdonald Critchey fue el primero en describir la epilepsia musicogénica en un artículo de 1937. Sólo 150 casos han sido confirmados hasta la fecha, incluyendo los 15 que Critchey reportó en su artículo. Al parecer, la mayor parte de los pacientes estudiados hasta ahora tienen crisis ante cierto tipo de música, pero esto no tiene que ver con el ritmo o la intensidad, sino con la respuesta emocional que la melodía provoca en la persona.
Como en otros tipos de epilepsia, cuando los medicamentos se vuelven ineficaces sólo queda el recurso de la cirugía, en la cual los neurocirujanos deben extraer un trozo del cerebro, precisamente aquél que está provocando las crisis. Esto plantea complejas decisiones para los médicos, quienes deben asegurarse de seccionar suficiente tejido como para que la epilepsia cese, pero no tanto que esto comprometa la función neurológica del mismo.
Inicialmente, Gayle rechazó la cirugía
pero poco después se dio cuenta que era tanto como negarse a sí misma
la posibilidad de una vida normal, dada la ubicuidad de la música en
casi todos los entornos. Así que finalmente aceptó el procedimiento que
sólo había sido practicado en 4 personas con epilepsia musicogénica
antes que ella. Tras un cuidadoso mapeo de las zonas involucradas en las
crisis epilépticas, fue sometida a dos cirugías tras las cuales le fue
removida una amplia sección de su cerebro, de aproximadamente seis
centímetros de longitud. Por fortuna, parece que no hubo efectos
adversos en cuanto a sus facultades intelectuales y fue capaz de retomar
una vida normal y con mucha música a su alrededor.
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1 comentario:
me parece que a la que deben hacerle cirugia es a las productora de bulla, para que oaren de joder
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